6 de mayo de 2010

¿Debe el Cristiano usar Joyas?


Investigación y Redacción por Lic. Romero e hijos.

Estoy intrigado por muchos astutos oximoros. Un oxímoro es una declaración que adhiere dos palabras que se contradicen entre si, tales como “luz oscura”, y nuestros favoritos “desorden civil”, “Justicia criminal”, “Inteligencia militar”, etc. Algunos otros son más serios en su contenido, como “Chisme inocente”, “Pecado menor” y “Protección en el Sexo Premarital”.

Hace algunos años, mientras estaba en una librería cristiana, vi en el estante como anuncio al material que se presentaba, el titular “Joyería Cristiana”. Pensé para mí “este es un oximoro interesante”. ¿Cómo pueden las joyas ser “cristianas” cuando la Biblia amonesta fuertemente a los creyentes en Cristo a no usarlas? Claramente, la “Joyería Cristiana” a traído graves conflictos al seno de la Iglesia.

Mi propósito no es echar combustible en el fuego, sino esparcir la luz. Mi deseo es que las personas despierten acerca de este tópico en el cual la Biblia expresa claramente cuál debe ser la apariencia y el adorno externo. Desafortunadamente nos afrontamos al problema que muchas denominaciones guardan silencio con respecto a esto, cuando deberían orientar a sus feligreses a seguir el mandato del Señor.

La Joyería ha sido descrita como un asunto menor. Sin duda tal vez alguno de ustedes esté pensando: “Con todos los problemas que hay en la Iglesia, ¿Para que enfocarnos en algo que es insignificante y aceptado abiertamente?”.

Mis amigos, recordemos las palabras de Jesús al decir: “Porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación” (Lucas 16: 15). Todavía no nos hemos percatado de los peligros conectados al uso de Joyas. Así que si eres cristiano o cristiana que buscas cómo reflejar el carácter del Señor en estos últimos días de la historia del mundo, mantén una oración en tu mente mientras razonamos juntos las Escrituras.

El poder del evangelio empieza en el interior de la persona, transformando el corazón, sin que ojos humanos lo perciban. Pero luego continua fluyendo y cubriendo cada área de la vida, produciendo un evidente cambio externo. Tal como la planta; primero aparece la semilla naciendo debajo de la tierra, pero si la raíz es saludable, la planta en poco tiempo se hace visible y da frutos por encima de la tierra. Jesús dijo: “Por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7: 20). Note que El no dijo que seremos conocidos por las raíces que crecen por debajo, sino por los frutos. Somos ordenados por el Señor a hacer de lo externo la evidencia visible de nuestra fe. Cuando una persona acepta a Cristo como su Salvador, el Espíritu Santo empieza a indicar en el individuo los ajustes dramáticos que debe hacer. Desde la biblioteca hasta el closet, Jesús irá penetrando en toda su vida. Cuando Jesús mora en el corazón, Su influencia cubre también las demás áreas de la vida.

Esto es una enseñanza básica del Cristianismo. El apóstol Pablo advirtió a Tito de aquellos que “profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan” (Tito 1: 16). Y Santiago es cristalino como el agua al explicar que una vida de compañerismo con Jesús produce cambios externos. “Pero alguno dirá: Tu tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras” (Santiago 2: 18). No podemos ser cristianos de corazón sin demostrarlo en el exterior.

Aquellos quienes buscan justificar el uso de joyas usualmente mencionan historias en la Biblia en las que Hijos de Dios usaron oro, plata y piedras preciosas. Por ejemplo, las Escrituras dicen, sin comentario alguno, que José usó “anillo y collar de oro en su cuello” (Génesis 41: 42), que Saúl usó un brazalete (2 Samuel 1: 10), que Mardoqueo uso un anillo dado por el Rey Asuero (Ester 8: 2), y que el Rey Belsasar le dio a Daniel una túnica escarlata y puso collar de oro en su cuello (Daniel 5: 29).

Pero recordemos que sólo porque aparezcan en la Biblia no quiere decir que Dios no los condene. La Biblia simplemente registra la fiel historia del pueblo de Dios, incluyendo sus fracasos. Por ejemplo, Noé bebió vino y se emborrachó (Génesis 9: 20-21). Lot se acostó con sus hijas y las embarazó (Génesis 19: 30-38). Judá contrató a una prostituta por una noche, la embarazó y después descubrió que ella era su nuera (Génesis 38: 12-26). No podemos asumir que Dios no condena tales prácticas sólo porque son mencionadas en la Biblia. Otros pasajes de las Escrituras claramente nos dicen que Dios condena el alcohol, incesto, prostitución y las joyas como anti-productivo para cumplir sus propósitos para la humanidad.

Aquí está la gran pregunta, ¿Cuál es el propósito de todo esto? Sí está bien que las mujeres se pongan aretes, ¿quién ha dicho que los hombres no pueden? Sí un anillo o pendiente es aceptable, ¿por qué no 4, 5 o 7? Si los seres humanos comunes pueden, ¿por qué no los sacerdotes, curas pastores y clérigos? Si un anillo en la oreja está bien, ¿por qué no usar un hueso colgando de nuestras narices? Sí Jesús antes de ascender dijo que vendría a buscar a personas que se parecieran a Él en carácter (Jn. 14: 3), ¿realmente creemos que vendrá a buscar a un pueblo con pendientes en la lengua, ombligo, nariz y en otras partes del cuerpo?

Con respecto a las personas que viven en el tiempo del fin, el profeta Ezequiel advierte: “Arrojarán su plata por las calles, y su oro será desechado. Ni su plata ni su oro los podrá librar en el día del furor del Eterno. No satisfarán su hambre, ni llenarán su estómago, PORQUE ÉSE FUE SU TROPIEZO PARA CAER EN SU MALDAD.”

MODESTIA Y HUMILDAD.

El propósito original de Dios era cubrir la desnudez de nuestros primeros padres, Adán y Eva, para que nunca soñaran en cubrirse de oro o plata para acentuar el vestir en sus hojas de higuera. El Señor elaboró tales vestimentas (pieles de corderos, Gn. 3: 21) para desarrollar en ellos la humildad y la comodidad en los cambios climáticos. Algún día, Dios colocará en nuestras frentes coronas de oro de la victoria que tuvimos sobre el pecado. Pero aún así, los salvados serán compelidos a quitarse sus coronas doradas delante de la presencia de Dios (Apocalipsis 4:10, 11).

¿Cuál es el concepto de Dios con respecto a sus hijas e hijos al usar prendas?

“Dice el Eterno: “Las hijas de Sión se han ensoberbecido, y andan con el cuello erguido y los ojos desvergonzados. Caminan con pasos cortos, haciendo sonar los adornos de los pies.

“Por tanto, el Señor pelará la cabeza de las hijas de Sión, el Eterno descubrirá sus vergüenzas.

“Aquel día quitará el Señor el atavío de los calzados, las redecillas y las lunetas, “los collares, los pendientes y los brazaletes, “las cofias, las cadenillas de los tobillos, los partidores del pelo, los pomitos de olor y los zarcillos,

“los anillos y los joyeles de la nariz, “la ropa de gala, los mantoncillos, los velos y las bolsas, “los espejos, las pañoletas, los turbantes y las mantillas.

“Y en lugar del perfume aromático habrá hediondez, cuerda en lugar de cinturón, calvicie en lugar del peinado artificioso; en lugar de gala, cilicio, y quemadura en vez de hermosura.

“Tus hombres (quienes hagan y apoyen tales cosas) caerán ha espada, y tus guerreros, en la batalla.”

Isaías 3:16-24.

La mujer en la Biblia representa a la Iglesia. En esta profecía, no sólo las mujeres, sino también las iglesias serán severamente juzgadas por su orgullo, que según este texto, está directamente conectado al adorno externo Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado” (Mateo 23: 12).

La aparición del orgullo fue un gran factor en la caída y rebelión de Lucifer. Cuando Dios originalmente creó a Lucifer era un Angel perfecto, el Creador le puso en su vestimenta toda piedra preciosa- Toda piedra preciosa te adornaba: rubí, topacio y esmeralda; crisólito, ónice y jaspe; zafiro, turquesa y berilo. De oro eran tus engastes y adornos, preparados desde el día en que fuiste creado.” (Ezequiel 28: 13).

Desafortunadamente, Lucifer escogió usar en desproporción los dones dados por Dios. Se llenó de orgullo. Decidió que era lo suficientemente hermoso para ocupar el lugar de Dios en el trono del Universo. “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor.” (Ezequiel 28: 17). El orgullo condujo a la rebelión. La rebelión condujo a una guerra en el cielo. Y la guerra en el cielo condujo al pecado en la tierra.

Desde que Adán y Eva cayeron en pecado, nosotros los humanos hemos tenido que luchar con la misma naturaleza pecaminosa de la cual tiene al orgullo como raíz. Dios, por lo tanto, nos ha ordenado a no usar tales prendas. En nuestra condición pecaminosa, no somos autosuficientes para resistir la tendencia pecaminosa más que Lucifer. Cuando nuestros cuerpos físicos sean transformados en la Segunda Venida de Jesús, no seremos más tentados a pecar. Solo ahí Jesús considerará propicio colocar coronas de oro en nuestras cabezas. Debemos recordar que según las Sagradas Escrituras, cuando Cristo venga todo metal y toda joya se derretirá, incluyendo quien la esté usando (2 Pedro 3: 10, 12). Siendo así prefiero no usar nada ahora y esperar a cuando Jesús ponga en mí la corona de justicia.

Lo más peligroso es que nuestros adornos se hayan convertido en nosotros, pequeños ídolos que adorar. Es bueno recalcar un hecho famoso que ocurrió con el pueblo de Israel cuando estaba en el desierto. La historia del becerro de oro. Cuando el pueblo pidió a Aarón que les hiciese el becerro de oro, escuchen lo que él les pidió. Leamos juntos Exodo 32: 2-4:

“Y Aarón les dijo: “Apartad los aretes que están en las orejas de vuestras esposas y de vuestros hijos e hijas, y traedlos”.

“Entonces el pueblo apartó los aretes de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón.

“El los tomó de sus manos, les dio forma con buril, e hizo un becerro de fundición. Entonces dijeron: “Israel, éste es tu dios, que te sacó de Egipto”.”

Cuando los hijos de Israel pasaron los platillos, había suficiente joyería como para hacer un becerro de oro. Temo que si se pasara el mismo platillo hoy por nuestras iglesias, aquellas que profesan seguir la palabra de Dios, habría suficiente joyería como para hacer un búfalo!

Después de este incidente, Dios ordenó: (Ex. 33: 5-6)

“Entonces el Señor dijo a Moisés: “Di a los israelitas: ‘Vosotros sois un pueblo de dura cerviz. Sí yo fuera coñ vosotros, en un momento podría consumiros. Quitad vuestros atavíos para que yo sepa lo que os he de hacer

“Entonces los israelitas se despojaron de sus atavíos desde el monte Horeb.”

Isaías 2: 20-21:

“Aquel día el hombre arrojará a los topos y murciélagos sus ídolos de plata y de oro, que hizo para adorarlos.

“Y entrará en las hendiduras de las rocas, en las cavernas de las peñas, por la presencia temible del Eterno, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para sacudir con fuerza la tierra.

Sí usamos como excusa que debemos vestirnos así debido a la ocasión, debemos recordar un rito muy interesante que aparece en la Biblia y que es de mucha trascendencia en nosotros hoy, y es el Día de Expiación (Lev. 23), el día en que los pecados del pueblo eran perdonados al pasar el sacerdote del Lugar Santo al Lugar Santísimo en el Santuario. En el Día de Expiación, el Sumo Sacerdote -Que normalmente usaba un pectoral de oro, con 12 piedras preciosas y mítra de oro junto con joyeles en el vestuario, símbolo de las glorias del cielo-ese día cambiaba el vestuario a algo simple, usaba una túnica o manto de lino blanco.

Este vestido simple y humilde es el que debemos nosotros emular, ya que vivimos en el día profético de Expiación. Así como el campamento de Israel se requería cambiar de vestuario para el Día del Juicio, así nosotros que vivimos en la hora del juicio antes de que Cristo retorne a la tierra somos llamados a purificar nuestros corazones y separarnos de toda influencia pagana.

Usted preguntará ahora: “4~,Y qué del anillo de bodas?”

El uso del anillo de matrimonio es estrictamente una tradición que surge del paganismo y desde que se introdujo en nuestras iglesias, ha sido bautizado con apariencia de piedad. El Cardenal John Henry Newman observa que el anillo de bodas, junto con otras costumbres paganas fueron infiltradas al Cristianismo influidas en compromiso con la Iglesia. “El uso de templos, y estos dedicados a santos particulares, adornados en ocasiones con ramas de árboles; incienso, lámparas, velas; ofrendas votivas para recuperar la salud; agua bendita; asilos; días santos y estaciones, uso de calendarios, procesiones, bendiciones a los campos; vestimentas sacerdotales, la tonsura, el anillo de matrimonio, la pascua, las imágenes, etc. son de origen pagano y santificados en adopción a la Iglesia.”

John Henry Newman, “An Essay on the Development of Chrístian Doctrine (London: Longmans, Green & Company, 1906), pp. 372, 373.

También me han preguntado si usar una cruz está bien. Jesús nunca nos dijo que usáramos una cruz, El nos pidió a cargar la cruz. Cargar la cruz y seguir a Jesús es más desafiante que una calcomanía, un T Shirt o una cruz dorada como anuncio publicitario para promover el Cristianismo. “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a si mismo, tome su cruz cada día, y sígame.”

Como Iglesia, ¿cómo debemos ser?

Apocalipsis 12: 1:

“Una gran señal apareció en el cielo. Una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.”

Nótese que la Iglesia verdadera está adornada con la luz de la Justicia de Dios, vestida de pureza y humildad, en contraste con la Iglesia falsa, que en vez de estar vestida de humildad, resalta por estar llena de orgullo:

Apocalipsis 17: 4:

“La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, adornada de oro, piedras preciosas y perlas. Y en su mano tenía una copa de oro llena de abominaciones y de las impurezas de su fornicación.”

Obviamente estas cosas están asociadas con la apariencia de maldad, y según 1 Tesalonicenses 5: 22, el Señor nos ordena a “Apartaos de toda especie de mal”.

Amigo y amiga, su cuerpo fue creado a la imagen y semejanza de Dios. Hacerse agujeros en el cuerpo seña desvirtuar lo que Dios perfeccionó en nosotros… nuestra semejanza a Él. En esencia, nuestros “cuerpos son templos del Espíritu Santo” (1 Corintios 3: 16). Nuestros cuerpos deben ser santos, no llenos de agujeros. Si queremos ser cristianos de verdad debemos hacer lo que 1 Juan 2: 6 nos indica a ser: “El que dice que está en él, debe andar como él anduvo.”

Entonces, ¿dónde debe estar nuestro adorno?

1 Pedro 3: 3-4:

“Vuestro adorno no sea exterior con peinados ostentosos, atavíos de oro, o vestidos lujosos.

“sino interno, del corazón, en incorruptible belleza de un espíritu manso y tranquilo, que es de gran valor ante Dios.”

CONCLUSIÓN:

“Así, hermanos, os ruego por la misericordia de Dios, que presentéis vuestro cuerpo en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto razonable

“Y no os conforméis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que podáis comprobar cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”

Romanos 12: 1, 2

 
Arreortùa y Fuentes
 
Que Dios les siga Bendiciendo grandemente