30 de septiembre de 2009

LO QUE LOS JOVENES ADVENTISTAS PUEDEN HACER


¡El Cielo es el límite!


¿Estás listo para vivir una vida emocionante y hacer una obra importante? ¡Eso es lo que Dios ha planeado para ti!



Con mucha frecuencia hacemos énfasis en lo que los jóvenes Adventistas del Séptimo Día no pueden hacer. La verdad es que, cuando somos jóvenes Adventistas es cuando sí podemos hacer cosas; debido a que Dios tiene un plan para ti, y por su poder en tu vida, el mundo está lleno de oportunidades abiertas para ti.


No es difícil ver que el mundo que nos rodea está mal – y así está la mayoría de las personas que viven en él. Dios te está llamando para que vivas una vida diferente, una vida sana, íntegra, feliz. Muchos jóvenes están conduciéndose por un sendero sin salida, bebiendo, fumando, en drogas, fiestas y sexo. Tú puedes elegir un sendero diferente. Tu vida como joven cristiano incluye la formación de relaciones sanas, de atender las necesidades de otros, cuidándote a ti mismo, y tomando decisiones sabias para tu vida futura.


Jesús ama los adolescentes y odia ver cómo los jóvenes se destruyen. Jesús no sólo quiere que vivas una vida sana, feliz. Quiere que seas un ejemplo para tus amigos, del tipo de vida que un cristiano puede vivir. Ser ejemplo no siempre es fácil – es mucha responsabilidad. ¡Lo bueno es que tienes una gran cantidad de poder que te respalda! Dios promete el poder de su Espíritu Santo para todo el que quiera vivir el tipo de vida de él.


¿Qué puedes hacer como joven adventista? Puedes vivir una vida mejor de la que ofrece el mundo, y puedes ser un ejemplo de ese tipo de vida. Pero puedes hacer más que eso. En un mundo de pecado, pobreza, odio, discriminación y problemas de todo tipo, puedes ayudar a hacer un mundo mejor.


Esa es la aventura a la cual te llama Dios – no sólo a vivir en este mundo como cristiano, sino a hacer un impacto en el mundo, a hacer de este mundo un lugar mejor. Jesús dijo a sus discípulos que eran la sal en el plato de comida del mundo (Mat. 5:13). No se necesita mucha sal para hacer una gran diferencia en el sabor de una comida. Jesús sigue queriendo que los jóvenes cristianos sean la sal – que salgan del salero, y que le permitamos que nos esparza de manera que podamos causar una diferencia.


Tú puedes hacer del mundo un lugar mejor por la forma como vives y por la manera como tratas a otros. Puedes rehusarte a acomodarte a los valores del mundo y vivir según los valores de Dios. Puedes respetarte a ti mismo, a otras personas y al medio ambiente. Y tal como Jesús lo hizo, puedes manifestarte y procurar cambiar las cosas cuando veas que alguien está actuando mal.


En la vida real, hacer una diferencia podría significar salvar unos pocos pesos semanales para mantener a un niño hambriento en otro país, o darte tiempo para comer con un nuevo alumno de tu clase que no tiene amigos. Dios te dará las oportunidades para hacer grandes cosas para El, si eres fiel en las cosas pequeñas.


La forma más importante como puedes hacer una diferencia es compartiendo el amor de Dios con todos los que te rodean. Después de todo, muchos jóvenes están procurando hacer del mundo un lugar mejor. Hay jóvenes que luchan contra la discriminación, están procurando limpiar el medio ambiente, se pronuncian en contra de la injusticia – ¡y muchos de ellos ni siquiera son cristianos! Como joven cristiano, ¿qué tienes para ofrecer que sea diferente? Puedes hacer todo lo que ellos están haciendo y hacer mucho, más porque tienes el amor de Dios para compartir con un mundo en dolor.


Compartir el amor de Dios hoy, puede significar tomar una hora para ayudar a alguien de tu clase de matemáticas. En el futuro, podría ser evadir un tiroteo para llevar ayuda médica a personas que están en guerra. No hay límites para las posibilidades cuando estás siguiendo a Jesús.


Llevar el amor de Dios al mundo es emocionante. Es desafiante. Es una aventura. Pero no es fácil. Si haces de ello el trabajo de tu vida, puede ser que de ti no se diga hoy: “Tiene las mayores posibilidades de éxito”. Posiblemente no vayas a hacer millones de dólares, y puede ser que no te hagas famoso ni popular. En realidad, posiblemente tengas que enfrentar dificultades, odio e intolerancia cuando procures vivir el amor de Dios en este mundo. Jesús dijo claramente a sus discípulos que cuando fueran al mundo para ser la sal y la luz del mundo, enfrentarían persecución (Mat 5:11, 12). Eso es tan cierto hoy como en aquel entonces.


No dejes que la posibilidad de las dificultades te asusten y te impidan hacer la obra de Dios. Nada que valga la pena es fácil; todo lo que es digno en la vida es un desafío. Y recuerda que tienes a la Suprema Fuente que te respalda. El Espíritu de Dios está siempre con las personas que están viviendo para él. ¡El hará posible que alcances los objetivos con los cuales ni siquiera has soñado!


¿Qué puede hacer un joven adventista? Vivir una vida excelente que sea un ejemplo para otros. Tocar el mundo que te rodea con el amor de Dios y hacer del mundo un lugar mejor. Ayudar a la gente – incluyéndote a ti mismo – a prepararse para su Segunda Venida.


Pero lo más importante que puedes hacer como joven adventista es esto: tener una amistad con Jesús. Esta relación puede ser la más cercana y satisfactoria de tu vida. Esa amistad es lo que hace que todos esos logros sean posibles.


Posiblemente la idea de amistarte con un Dios, a quien no puedes ver, es difícil de entender. Pero si aceptas su oferta de amistad, puedes comenzar a pasar tiempo con él leyendo sus palabras en la Biblia, contándole en oración tus necesidades y preocupaciones. Si te parece que la Biblia es aburrida, procura leerla en una versión o traducción diferente para que las palabras suenen más frescas y mejor. Si te cuesta orar, procura escribir una carta a Dios; o habla en voz alta con él, mientras estás caminando. Júntate con otras personas que también son amigas de Dios y comparten las cosas que él está haciendo en sus vidas. Aunque no puedes ver ni oír a Jesús, pronto su amistad será tan real para ti como cualquier otro amigo que has tenido.


Jesús puede ser el amigo que siempre está presente, que comprende todo problema que atraviesas y que realmente se preocupa por ti. El es alguien que siempre te oye y ama, es quien murió por ti y quiere vivir contigo por la eternidad.


Es cierto que Jesús espera mucho de sus amigos. El te creó para que seas como él, y eso significa un crecimiento constante a lo mejor y máximo de tu capacidad. Es por eso que no tiene sentido que te compares con otros – aun con otros cristianos. Puede ser que te preguntes: “¿Cómo es que a ellos se les permite hacer aquello y a mí no?”. Dios tiene sus expectativas hacia ti – mucho más elevadas de lo que alguna vez has imaginado alcanzar por ti solo. Como un atleta preparándose para los Juegos Olímpicos, el cristiano siempre procura hacer lo mejor, con más fuerza, con más rapidez para Dios.


 Dios te acepta, te ama y te perdona sin importar quien eres, en qué momento de la vida te encuentres, o lo que hayas hecho en el pasado. Su amor es totalmente incondicional. Pero no te quiere dejar donde te encontró. Quiere hacer de tí una persona mejor, y seguirá trabajando para ti hacia ese objetivo durante toda tu vida. Una vez más repito, es el poder del Espíritu Santo lo que te capacita para hacer cosas que nunca imaginaste poder hacer – a ser la persona que él quiso crear.


En este momento Jesús te invita a ser amigos. Su amistad te ofrece todo el amor, la seguridad y la fortaleza que quieres de un amigo. También te ofrece la oportunidad de ser lo mejor que puedas ser, a vivir una vida más sana y más feliz que la mayoría de tus amigos va a vivir. Y una vez que su amor haya cambiado tu vida, te pide que compartas ese amor con un mundo lleno de personas que realmente lo necesitan.


Una vez que comiences a caminar con él, ¿quién sabe adónde llegarás? Posiblemente alimentando a personas hambrientas en el otro lado del mundo; posiblemente orando con un amigo vecino que está sufriendo y está confundido. Jesús dijo que sus seguidores estarían ante reyes y gobernadores para representarlo, de manera que no sabes cuan lejos te puede llevar (Mar 13:9).


¿Qué puedes hacer como joven Adventista? ¡Más de lo que alguna vez pensaste! ¡Toma su mano, aférrate de él y alístate para un viaje con él!


Preguntas de discusión

  • ¿Cuáles son algunas cosas positivas que los jóvenes adventistas pueden hacer para hacer que el mundo sea un lugar mejor? Haz una lista.


  • ¿Cuáles son algunas alternativas recreativas positivas para los entretenimiento destructivos e insanos?


  • ¿Cómo puedes hacer que los errores que has cometido se tornen en un vehículo para ayudar a otros?


  • ¿Cuál es la verdadera felicidad? ¿Cómo la puedes obtener?


  • Algunas personas piensan que ser cristiano significa no disfrutar de nada. ¿Cuál es tu opinión?


 

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