30 de julio de 2010

UNA TEOLOGÍA ADVENTISTA DE LA MÚSICA

CONCLUSIÓN

diseñado por: Gabriel Arreortúa Toro
Señalamos al inicio que la música es como un prisma de vidrio a través del cual brillan las verdades eternas de Dios. A través de la música para la iglesia, un espectro completo de verdades bíblicas puede enseñarse y proclamarse. A través de la historia de la iglesia la gente ha aprendido a través de la música las grandes verdades de la fe cristiana y lo que Cristo pretende de sus vidas.

En un intento de lograr una renovación en los cultos de adoración, muchas iglesias evangélicas hoy están adoptando canciones religiosas rockeras basándose en gustos personales y tendencias culturales más bien que en claras convicciones teológicas. El resultado es que algunas canciones populares cantadas durante los servicios de la iglesia tienen una teología inadecuada o aún herética orientada hacia la satisfacción personal.

La elección de la música apropiada para la iglesia es crucial especialmente para la iglesia Adventista del Séptimo día, ya que a través de su música ella enseña y proclama las verdades del tiempo del fin que le han sido confiadas. Lamentablemente, la música y el estilo de adoración de la mayoría de las iglesias Adventistas está mayormente basado en la aceptación sin crítica del estilo de adoración de otras iglesias.

Para entregar una base teológica para elegir y ejecutar la música durante el servicio de adoración de las iglesias Adventistas, hemos considerado en este capítulo las implicancias del Sábado, el ministerio de Cristo en el santuario celestial y la Segunda Venida. Hemos encontrado que cada una de estas tres creencias adventistas distintivas contribuyen en su forma única a la definición de lo que la música para la iglesia debiera ser.

El Sábado nos enseña a respetar la distinción entre lo sagrado y lo secular, no solamente en el tiempo, sino también en áreas tales como la música para la iglesia y la adoración. En un tiempo cuando el relativismo cultural ha influenciado  a muchas iglesias para desdibujar la distinción entre la música sagrada y la secular, el Sábado nos enseña a respetar tal distinción en todas las facetas de la vida cristiana, incluyendo la música para la iglesia y la adoración.  Utilizar música secular para el servicio de la iglesia en el Sábado es tratar al Sábado como un día secular y a la iglesia como un lugar secular.

El estudio de la música y la liturgia en el Templo de Jerusalén, así como en el santuario celestial, ha sido muy instructivo. Hemos encontrado que más allá del respeto por la presencia de Dios, no fueron permitidos en los servicios del Templo los instrumentos de percusión y la música  de entretención que estimula a las personas físicamente, ni son utilizados en la liturgia del santuario celestial. Por la misma razón, los instrumentos de percusión y la música que estimula a las personas físicamente más bien que elevarlas espiritualmente están fuera de lugar en la iglesia hoy.

La adoración en los templos terrenal y celestial nos enseña también que Dios debe ser adorado con gran reverencia y respeto. La música para la iglesia no debe tratar a Dios con frivolidad e irreverencia. Debiera ayudar a tranquilizar nuestras almas y responderle a El en reverencia.

La creencia en la certeza e inminencia de la venida de Cristo debiera ser la fuerza motora del estilo de vida y la música para la iglesia Adventista. La pronta aparición de la Roca de la Eternidad, con la mayor banda de ángeles que este mundo jamás haya visto, puede encender la imaginación de los músicos de hoy para componer nuevas canciones con el propósito de atraer a aquellos que están buscando significado y esperanza para sus vidas.

A las puertas de un nuevo milenio, la iglesia Adventista del Séptimo día enfrenta un desafío y  una oportunidad sin precedentes para re-examinar la base teológica para la elección y ejecución de su música. Esperamos y oramos que la iglesia responderá a este desafío, no mediante la aceptación sin crítica de la música pop contemporánea que es extraña a la misión y mensaje de la iglesia, sino mediante la promoción de composiciones y canto  de canciones que expresen correctamente la esperanza que arde en nuestros corazones. (1 Ped. 3:15)

Tomado del libro "Una teología Adventista de la Música"

gracias a "Colecciones Adventistas"

Arreortúa y Fuentes
que Dios les siga bendiciendo grandemente.

LA MUSICA DE LA IGLESIA EN EL CONTEXTO DEL SEGUNDO ADVENIMIENTO

La creencia en la certeza e inminencia del retorno de Cristo es la fuerza motora de la adoración y estilo de vida de la iglesia Adventista. Ser un Cristiano Adventista significa, primero que todo, vivir mirando hacia adelante al glorioso día del regreso de Cristo. Pedro urge esta visión: "… esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado" (1 Ped. 1:13). Pablo elocuentemente expresa esta visión de futuro: "... una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús." (Fil. 3:13,14)

Perspectiva de peregrino. Vivir con esta visión de futuro significa mirar nuestra vida presente como un peregrinaje, un viaje a una tierra mejor. El escritor de Hebreos señala que Abraham y todos los creyentes del pasado fueron peregrinos, sin un hogar permanente en esta tierra. "… confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria. Pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad." (Heb.11:13-16)

Alguien ha dijo que los cristianos del siglo veinte son "el grupo de peregrinos mejor disfrazados que este mundo haya visto". Muchos Cristianos miran este mundo como "la sala de estar" en la cual vivir como si Cristo jamás regresará, más bien que verlo como "la sala de espera" de un mundo por venir.

La visión de futuro hacia el futuro Reino de Dios nos desafía a no investir las actuales instituciones religiosas o políticas con valores y funciones permanentes pues ellas no son el método por el cual será establecido el Reino de Dios. Nos desafía a reconocer que cuando Jesús regrese, todas nuestras instituciones humanas, incluyendo nuestras iglesias, llegarán a un término.

Debemos construir para el futuro en tanto reconocemos que el futuro no nos pertenece por derecho a lo que hemos construido. El efecto final de vivir con una visión de futuro es mirar todas nuestras instituciones y decisiones personales a la luz del Advenimiento de nuestro Señor.

Adoración anticipada.  La expectación del pronto regreso de Cristo da una textura especial a la adoración y música Adventista. Mediante la adoración rompemos las barreras del tiempo y del espacio y experimentamos un sabor anticipado de la bendición de la futura adoración celestial que nos espera al glorioso retorno del Señor. El escritor de Hebreos habla de esta función vital de adoración: " Sino que os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos.."(Heb. 12:22,23)

La adoración comunitaria con los creyentes nos capacita para olvidar y trascender temporalmente las realidades no placenteras de esta vida presente y obtener un vistazo de las bendiciones del mundo por venir. La música, las oraciones, el mensaje, y el testimonio y compañerismo con otros miembros pueden darnos un sabor anticipado de la futura Jerusalén celestial y la reunión de fiesta de los hijos de Dios. Tal experiencia nutre y refuerza la Esperanza Adventista en nuestros corazones al darnos una visión y un sabor anticipado de las glorias de la Segunda Venida.

La expectación de la venida de Cristo da un sentido de urgencia a la adoración de la iglesia Adventista. Hebreos amonesta a los creyentes a “... considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca" (Heb. 10:24,25)

La necesidad de reunirse para adorar y fortalecimiento mutuo se presenta en este pasaje como lo más necesario en tanto el Día de la Venida de Cristo se acerca. Mientras más cercano se dibuje la venida de Cristo, más intensos serán los esfuerzos de Satanás por socavar  la obra de Dios en nuestras vidas y en este mundo. "¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo."(Apoc. 12:12)  La inspiración y el fortalecimiento que recibimos de adorar junto a nuestros compañeros creyentes pueden ayudarnos a mantener firme nuestra fe y esperanza en el pronto regreso del Salvador.

Música Adventista. La música de la iglesia juega un rol vital en el fortalecimiento de la fe y en la nutrición de la esperanza del regreso de Cristo. Mediante el canto de himnos, los creyentes se refieren al día cuando verán a Jesús y hablarán con El cara a cara. "Cara a cara espero verlo, cuando venga en gloria y luz. Cara a cara cuan glorioso ha de ser así vivir"

No es sorprendente que en el Himnario Adventista (edición en inglés) existan 34 himnos acerca de la Segunda Venida. 29 Por lejos sobrepasan los himnos existentes sobre otros temas, incluyendo los 18 himnos que hablan del Sábado. 30  La música y el texto de los himnos adventistas  expresan una variedad de estados de ánimo. Por ejemplo "Oh, veremos el resplandor de la mañana dorada atravesando la noche turbulenta"  da cuenta de la excitación frente a la aparición del Señor en el cielo. "¿Cuánto aún faltará Señor para que cante así? ¡Cristo vuelve! ¡Aleluya!"  Expresa el anhelo y la impaciencia por ver al Señor. "¡Oh ya rompe el día!" da la certeza de que las señales del tiempo del fin se están cumpliendo.

"Levanta la trompeta y que fuerte se escuche" desafía a los creyentes a proclamar audazmente que "Jesús vuelve otra vez". "Esta esperanza alumbra nuestro ser" captura de una forma maravillosa la creencia de que "ahora es el momento, cuando las naciones de cerca y de lejos despierten y griten y canten Aleluya! Cristo es Rey”. "Cuando allá se pase lista, y mi nombre llamen yo responderé" reafirma con entusiasmo el compromiso a estar listo para el día "cuando la trompeta del Señor suene, y el tiempo no sea más".

Inspiración adventista. La visión gloriosa del retorno de Cristo ha inspirado la composición de muchos himnos llenos de fe que han enriquecido la vida y la adoración de la iglesia a través de los siglos. Hoy, mientras estamos a las puertas del retorno del Señor y "vemos que aquél Día se acerca " (Heb. 10:23-25),  la Bendita Esperanza debiera inspirar la composición de nuevos cantos que puedan reencender la llama y animar a los creyentes a "renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo" (Tito 2:12,13)

Nuevas canciones adventistas actualizadas se necesitan hoy para atraer especialmente la generación más joven que ha sido cautivada por los sonidos rápidos, rítmicos, fuertes, electrónicamente amplificados y letras deshinibidas de la música rock. El alcanzar a la generación más joven es una tarea formidable, ya que en muchos casos sus sentidos están tan embotados por la sobreexposición a los fuertes y rítmicos sonidos de la música rock que ya no pueden escuchar la "voz dulce y apacible". En su Decline of the West (Decadencia de Occidente), Oswald Spengler dio una ominosa advertencia años atrás:"En las etapas finales de una civilización todo el arte llega a ser nada más que titilación de los sentidos (excitación nerviosa)."31

En verdad, hoy vivimos en la etapa final de la civilización del tiempo del fin cuando la "titilación de los sentidos" por medio del idioma del rock ha invadido aun la comunidad evangélica, incluyendo un creciente número de iglesias Adventistas. La música rock entrega a muchos un sustituto engañoso para los sentimientos íntimos de "amor, alegría y paz" que llegan cuando el Espíritu Santo trabaja en nuestras vidas. (Gal. 5:22)

Nuestro desafío hoy es ayudar a nuestra generación del rock-and-roll a capturar la visión de ese día glorioso que vendrá, en el cual serán capaces de experimentar la más excitante extravagancia audiovisual que jamás hayan imaginado- el glorioso retorno de la Roca de la Eternidad. La banda de ángeles que Le acompañará producirá los sonidos más poderosos que este planeta jamás haya escuchado. El esplendor de Su presencia y las vibraciones del sonido de Su voz serán tan poderosas como para aniquilar a los incrédulos y traer nueva vida a los creyentes.

Tal evento glorioso puede encender la imaginación de los músicos de hoy para que compongan nuevos cantos que atraigan a tantos que hoy están buscando un significado y una esperanza para sus vidas. Una canción que viene a la mente es "Welcome home children" (Bienvenidos a casa hijos) de Adrian King. El canto ayuda a capturar la delicia y la excitación emocional del día glorioso que viene cuando "las puertas del cielo se abrirán de par en par y todos los que aman al Señor entraran". El Señor mismo dará la bienvenida a Sus hijos, diciendo "Bienvenidos al hogar mis hijos, este es un lugar que he preparado para vosotros. Bienvenidos a casa hijos, ahora que vuestro trabajo en la tierra ha terminado. Bienvenidos a casa hijos, vosotros que me habéis seguido tan fielmente"

Nuevas canciones Adventistas, como "Bienvenidos a casa hijos" que son teológicamente correctos y musicalmente inspiradores, pueden enriquecer la experiencia de adoración de los creyentes y atraer a quienes son receptivos a la obra del Espíritu Santo en sus vidas.

Mi hijo, Gianluca, me informa que "Welcome home children" es una canción CCM (música cristiana contemporánea). Nosotros utilizamos esta canción en una grabación de video titulada "El sábado en cantos" en que dos tenores líricos destacados se unen conmigo en presentar el Sábado mediante palabras y cantos. El hecho de que haya utilizados a canción sin darme cuenta que era una producción cristiana contemporánea muestra que las canciones contemporáneas pueden tener música y letras adecuadas para la adoración.

Tomado del libro"Una teología Adventista de la música"

gracias a "Colecciones Adventistas"

Arreortúa y Fuentes
Que Dios les siga bendiciendo grandemente

LA MUSICA DE LA IGLESIA EN EL CONTEXTO DEL SANTUARIO CELESTIAL




Para muchas iglesias cristianas, el servicio de adoración se centra en que Cristo ya ha dado cumplimiento en el
pasado a través de Su perfecta vida, muerte expiatoria y resurrección gloriosa. Por contraste,
la adoración Adventista del Séptimo día se centra no solo en ese cumplimiento redentor pasado de nuestro Salvador, sino también en Su ministerio presente en el santuario celestial y en Su futuro regreso para dar consumación a Su redención. Así, las tres dimensiones del ministerio de Cristo -pasado, presente y futuro - están involucradas en la adoración Adventista.

Encontrándose con el Señor. Es notorio que las tres doctrinas distintivas Adventistas - el Sábado, el Santuario y la Segunda Venida - compartan un denominador común, que es, encontrarse con el Señor. En el Sábado nos encontramos con el Señor invisible en el tiempo.  En el Santuario Celestial nos encontramos por fe con el Salvador ministrante en el lugar. En la Segunda Venida nos reuniremos con el Señor visible en el espacio.

Encontrarnos con el Señor en el tiempo en Su día Sábado, en el lugar en Su Santuario santo, y en el espacio en el día glorioso de Su venida debieran constituir los puntos focales de la adoración Adventista. Cuando los Adventistas se reúnen para adorar, su deseo debiera ser encontrarse con el Señor. Por fe ellos debieran desear encontrarse con el Señor, no sólo en el Calvario en la Cruz, donde el pagó la pena de sus pecados, sino también en el trono de Dios en los cielos mismos, donde El ministra en su beneficio.

En su libro Sing a New song! Worship renewal for adventists today (Canten un nuevo canto! Renovación en la adoración para los adventistas de hoy) Raymond Holmes escribe: "En nuestra adoración (Adventista) entramos al santuario celestial por fe y somos capaces de ver el mundo, el propósito de la iglesia, el ministerio de nuestro Señor, y nuestras propias vidas desde la amplia perspectiva de Dios y no sólo desde nuestro punto de vista limitado, estrecho y centrado en nosotros mismos."13

El enfoque de la adoración Adventista debiera estar en el santuario celestial donde Jesús continuamente ministra en la liturgia celestial en beneficio de Su pueblo. ".tenemos tal sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor y no el hombre" (Heb.8:1,2) Es porque tenemos tal Sumo Sacerdote ministrando en el cielo que Hebreos dice: "Acerquémonos pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro".(Heb.4:16)

Adoración en la iglesia para reflejar la adoración celestial.  La invitación a "acercarse al trono de gracia" es obviamente una invitación a adorar mediante la ofrenda a nuestro Señor de nuestras oraciones, alabanzas y cantos. La iglesia en la tierra se une a los seres celestiales en alabanza a Cristo: "Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre." (Heb. 13:15)

La música y la adoración de la iglesia en la tierra debiera sacar su inspiración de la música y la adoración existente en el santuario celestial, ya que las dos están unidas por la adoración del mismo Creador y Redentor. El libro de Hebreos invita a los creyentes a "acercarse al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos" (Heb. 12:22-24)

Qué desafío para la iglesia de los últimos días, permitir que la gloria y la majestad de la adoración celestial brillen a través de su música, oraciones y predicación. Como sugiere Richard Paquier, "algo de a majestad real y la gloria del Resucitado que ascendió a los cielos debe aparecer en la adoración de la iglesia".14

Cuando vistazos de la majestad y gloria del Salvador resucitado y Sumo Sacerdote celestial aparecen en la música y la adoración de la iglesia, no habrá necesidad de experimentar con rock religioso, drama o danza para revitalizar la adoración en la iglesia. La visión de la gloria y majestad del Señor provee todos los ingredientes dramáticos para que los creyentes puedan desear siempre una excitante experiencia de adoración.

La adoración del Santuario Celestial. Para lograr una vislumbre de la majestuosa adoración que se efectúa en el santuario celestial, regresamos al libro de Apocalipsis donde encontramos el mayor número de conjuntos corales que aparecen en la Biblia. Los eruditos que han estudiado la música de Apocalipsis han detectado distintas cantidades de textos de himnos en el libro. Oscar Cullman ha identificado seis himnos (Apoc. 5:9; 5:12, 5:13:12:10.12; 19:1,2; y 19:6),14 en tanto Michael Harris enumera siete (Apoc. 4:8-11; 5:9; 7:10, 11:17-18; 12:10,11;15:3; y 15:4b).15 Forrester Church y Terrance Mulry identifican once himnos en Apocalipsis (Apoc. 1:5-8;4:11;5:9-11; 5:12,13; 11:17-18; 12:10-12; 15:3-4;18:22,23; 19:1-9; 22:16,17; y 22:20).16

La cantidad exacta de himnos y coros ejecutados en Apocalipsis es menos importante que su testimonio del rol importante que la música juega en la adoración escatológica de Dios en el santuario celestial. Los tres coros principales que participan en el culto de adoración celestial son (1) los 24 ancianos (Apoc. 4:10,11; 5:8,9; 11:16-18; 19:4); (2) la gran multitud de ángeles y redimidos (Apoc. 5:11,12; 7:9-12; 14:2,3; 19:1-3,6-8); y (3) el conjunto de todas las criaturas de los cielos y la tierra (Apoc. 5:13)

El texto de los himnos es muy instructivo. El coro de los 24 ancianos canta en primer lugar ante el trono de Dios un himno que habla de Su poder creador: "Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas y por tu voluntad existen y fueron creadas."   (Apoc. 4:10,11) Entonces ellos cantan ante el Cordero un himno acompañado de arpas que habla de Su consumada redención: "Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra." (Apoc. 5:8-10)

Finalmente los veinticuatro ancianos cantan ante Dios de  la vindicación de los redimidos y la inauguración del reino eterno: "Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder y has reinado. Y se airaron las naciones y tu ira ha venido y el tiempo de juzgar a los muertos, y te da el galardón a tus siervos los profetas a los santos, y a los que temen tu nombre,  a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra."Apoc, 11:16-18  Uno nota una progresión temática en los himnos de los 24 ancianos, desde la alabanza de la creación de Dios a la de la redención de Cristo y la vindicación final de Su pueblo.

Similar atribución de alabanzas se encuentran en los himnos cantados por la gran multitud de ángeles (Apoc. 5:11,12) y por los redimidos (Apoc. 7:9-12; 14:2,3; 19:1-3; 19:6-8) "Después de esto miré y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo : la salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero" (Apoc. 7:9,10)

En su disertación, publicada bajo el titulo de A theology of music for worship derived from the book of Revelation  (Una teología de la música para la adoración derivada del libro de Apocalipsis), Thomas Allen Seel encuentra un crescendo en la participación de los coros celestiales. "El coro de los 24 ancianos aparece dirigiendo los coros más grandes en tanto la acción en el texto construye un poderoso crescendo de participación y sonido; lo inicia con el coro de los 24 ancianos cantando, seguido por runa respuesta antifonal de las criaturas de los cielos y culmina cuando estas fuerzas antifonales participan en una gozosa respuesta con el resto de la creación, incluyendo los Redimidos. Juntos en forma corporativa dirigen su alabanza al Dios Padre."17

La dinámica de las respuestas antifonales y participativas de varios grupos revela una asombrosa unidad. "Ellos responden en una forma ordenada y balanceada que testimonia la unidad totalmente completa y sin compromiso de toda la creación del Dios Todopoderoso. La adoración en Apocalipsis es "genuinamente congregacional" e inclusive une distintos niveles de la creación en un mar de adoración doxológica al Dios Padre."18

Música triunfante sin golpe constante. Un estudio cuidadoso de varios himnos del Apocalipsis revela que pese a todas las referencias al pueblo sufriente de Dios, el libro aún puede probar ser una de las más felices composiciones jamás escritas. Como The Interpreter's Bible (La Biblia del interprete) comenta: "La música de la eternidad (en Apocalipsis) envía su triunfante alegría de retorno a la vida del tiempo. La justificación de la gloriosa música cristiana en el mundo es siempre la justificación por fe... Los escritos de Pablo también tienen esta característica de explosión de canto. Usted puede juzgar una interpretación de la religión cristiana por su capacidad de tener a los hombres cantando. Hay algo equivocado respecto de una teología que no crea una música triunfante." 19

La música triunfante de Apocalipsis es inspirada, no por el hipnótico golpe constante de instrumentos de percusión, sino por la maravillosa revelación de los logros redentores de Dios por Su pueblo. En tanto los adoradores del santuario celestial son privilegiados al poder pasar revista a la forma providencial en que Cristo, el Cordero que fue inmolado, ha redimido personas de cada nación, ellos cantan con una excitación dramática en su alabanza doxológica del Dios Padre.

Los líderes de la adoración, que están urgiendo el uso de un arreglo de tambores, guitarras eléctricas, y guitarras rítmicas para dar un tono rockero a su música para la iglesia, debieran notar que tanto en el Templo de Jerusalén como en el santuario celestial, no se permitían instrumentos de percusión. El único instrumento utilizado por los coros celestiales es un conjunto de arpas (Apoc. 5:8; 14:2). La razón, como explica Thomas Seel, es que "el timbre distintivo del arpa en la adoración se mezcla armoniosamente con las voces colectivas de los adoradores. Debiera notarse que el apoyo instrumental no suplanta la importancia de las letras del texto, ni contiene una mezcla de distintos instrumentos. El conjunto instrumental contiene un tipo singular de instrumento (el arpa) que se mezcla con la voz." 20

No se permitía música secular en el Templo. La distinción entre música sagrada y secular que está presente en el santuario celestial también era evidente en el Templo de Jerusalén. En el siguiente capítulo sobre los "Principios bíblicos de la música" veremos que sólo un grupo selecto de Levitas conformaban el coro del Templo. Ellos ejecutaban sólo cuatro instrumentos en momentos específicos durante el servicio: las trompetas, los címbalos, las liras y las arpas (1 Cron. 15:16; 16:5,6). De las cuatro, sólo las dos últimas, las liras y las arpas (ambos instrumentos de cuerda que se mezclan con las voces humanas) eran usadas para acompañar a los cantores.

Las trompetas eran utilizadas sólo para dar varias señales, tales como cuando la congregación debía arrodillarse o el coro debía cantar durante la presentación de ofrendas encendidas (2 Cron. 29:27-29). Los címbalos eran utilizados para anunciar el comienzo de un canto o el de una nueva estrofa. "Contrario a la opinión común, los címbalos no eran utilizados por el director de canto para dirigir el canto marcando el ritmo de la canción" 21 La razón es que la música en el antiguo Israel, como lo muestra Anthony Sendrey, no contaba con un ritmo regular y una estructura métrica. 22 Es evidente que no había posibilidad para ningún judío que tocase un instrumento el ser invitado a unirse a la banda de rock del Templo y transformar el servicio en un festival musical.

En su disertación doctoral presentada en la Universidad de Cambridge y publicada bajo el título The Lord's song: the basis, function and significance of Choral music in Chronicles, (El canto del Señor: la base, función y significado de la música coral en Crónicas), John Kleinig señala: "David determinó la particular combinación de instrumentos a ser utilizados en la adoración. A las trompetas que Dios había ordenado por medio de Moisés, el agregó los címbalos, las liras y las arpas (1 Cron. 15:16; 16:5,6) La importancia de esta combinación se enfatiza por la insistencia en 2 Cron. 29:25 de que los instrumentos para el canto sagrado, como el lugar de los músicos en el templo, habían sido instituidos bajo la dirección del Señor. Fue esta orden divina que les dio su significado y poder." 23

En 2 Crónicas 29:25, explícitamente se declara que el rey Ezequías "puso también Levitas en la casa de Jehová con címbalos, salterios y arpas, conforme al mandamiento de David, de Gad vidente del rey, y del profeta Natán, porque aquel mandamiento procedía de Jehová por medio de sus profetas." Al hacer mención a las directivas proféticas de Gad y Natan, el autor de Crónicas  enfatiza el hecho de que la adición de David de los címbalos, arpas y liras a la utilización de la trompeta (Núm. 10:2) no se basaba en el gusto personal del rey, sino en un mandamiento "del Señor".

Música sagrada para un lugar sagrado. Aquellos que creen que la Biblia les da licencia para tocar cualquier instrumento y ejecutar cualquier música en la iglesia, ignoran el hecho de que la música en el Templo no se basaba en el gusto personal o en preferencias culturales. Esto se indica por el hecho de que otros instrumentos como los panderos, flautas, pífanos y otros no podían ser utilizados en el Templo, debido a su asociación con el entretenimiento popular. Este principio fue respetado también en la sinagoga y en la iglesia primitiva, como se detalla en el siguiente capítulo sobre "Los principios bíblicos de la Música". (Capítulo 7)

Es evidente que no hay nada moralmente malo con el uso de instrumentos como los panderos o las flautas. La razón por la que fueron excluidos de la orquesta del Templo es simplemente porque eran comúnmente utilizados para entretención. La danza de las mujeres en la Biblia usualmente estaba acompañada por el toque de panderos, que parecen haber sido tambores de mano, como las modernas panderetas, hechas de un marco de madera en el que una piel se estiraba.

Si los instrumentos y la música asociada con el baile hubiesen sido utilizadas en el Templo, los israelitas habrían sido tentados a transformar el Templo en un lugar de entretención. Para prevenir que esto sucediera, los instrumentos y la música asociada con la entretención fueron excluidos del Templo. Esta exclusión se extendió a la participación de las mujeres en el ministerio musical del Templo, ya que, como veremos en el capítulo siguiente, su música consistía mayormente en danza con panderos - una música que era inapropiada para la adoración sacra.

En su libro Music of the Bible in christian perspective (La música de la Biblia en una perspectiva cristiana), Garen Wolf señala que "el uso de tabret, panderos, toph y danza por las mujeres o los hombres no tenía conexión con la adoración en el Templo, sino mas bien con el propósito del espectáculo, éxtasis y entretención secular o para música religiosa tocada fuera del Templo."24

La música era rígidamente controlada en la adoración del Templo para asegurar que estuviese en armonía con lo sagrado del lugar. Tal como el Sábado es un día sagrado, así el Templo era un lugar sagrado, donde Dios manifestaba su presencia "entre el pueblo de Israel" (Exo. 25:8; cf.29:45). El respeto por el día sagrado de Dios y el lugar sagrado de adoración, demandaba que no se utilizara ninguna música o instrumento asociado con la vida secular en el Templo.

La conexión entre el Sábado y el santuario está claramente expresada en Levítico 19:30: "Mis días de reposo guardaréis y mi santuario tendréis en reverencia. Yo Jehová". El guardar el Sábado se iguala con la reverencia en el santuario de Dios, ya que ambos son instituciones sagradas establecidas para la adoración de Dios. Esto significa que la música secular que es inapropiada para el Sábado también es inapropiada para la iglesia, y vice versa. ¿Por qué? Simplemente porque Dios ha apartado a ambos para la manifestación de Su santa presencia.

Lecciones de la Música del Templo. Cuatro lecciones importantes pueden sacarse de la música ejecutada en el Templo de Jerusalén como asimismo en el santuario celestial. Primero, la música de la iglesia debiera respetar y reflejar lo sagrado del lugar de adoración. Esto significa que los instrumentos de percusión y la música de entretención que estimula físicamente a la gente están fuera de lugar en el servicio de la iglesia. Sin respeto por la presencia de Dios, tal música no fue permitida en los servicios del Templo, ni es utilizada en la liturgia del santuario celestial. En el siguiente capítulo, veremos que lo mismo fue cierto para el servicio de adoración de la sinagoga y de la iglesia primitiva. Este consistente testimonio de la escritura y de la historia debiera servir como una advertencia para la iglesia de hoy, cuando la adopción de música pop para el culto de adoración está poniéndose "de moda".

Segundo, la música tanto de los Templos terrenal como celestial nos enseña que los acompañamientos musicales deben ser utilizados para ayudar a la respuesta vocal dada a Dios y no para ahogar el canto. En Apocalipsis, es el conjunto instrumental de arpas el que acompaña el canto de los coros, ya que el sonido del arpa se mezcla bien con la voz humana, sin suplantarla. Esto significa que cualquier música fuerte, rítmica, que ahoga el sonido de las letras es inapropiada para la adoración en la iglesia.

Tercero, la música de la iglesia debiera expresar la delicia y la alegría de estar en la presencia del Señor. El canto de varios coros en Apocalipsis es con sentimiento y expresivo. Ellos cantan con una "fuerte voz" (Apoc. 5:12; 7:10) y expresan sus emociones diciendo "Amen, Aleluya" (Apoc. 19:4)

Debe existir un balance entre el lado emocional y el lado intelectual de la vida en la religión y la adoración. "La expresión musical en la adoración debiera tener un aspecto emocional e intelectual debido a que así es la naturaleza del hombre, la naturaleza de la música y la naturaleza de la religión. En su mejor forma, la música debiera demostrar esta unidad vida-religión-música en la adoración mediante un sentimiento de aproximación a la composición bien proporcionado, razonado." 25

Reverencia en el Santuario de Dios.  Finalmente, la música de la iglesia debiera ser reverente, a tono con la naturaleza sagrada de la adoración. Es significativo que de las ocho palabras utilizadas en el Nuevo Testamento para expresar una respuesta de adoración a Dios, solo se utiliza una de ellas en Apocalipsis. 26  Es la palabra griega prokuneo, que se traduce comúnmente como "adorar" o "postrarse". El termino aparece 58 veces en el Nuevo Testamento, 23 de las cuales ocurren en Apocalipsis. 27

El término prokuneo está compuesto de dos raíces: pros que significa "hacia" y kuneo que significa "besar".  Cuando se combinan, implican el honor y respeto demostrado hacia un superior. Una y otra vez se nos dice en Apocalipsis que los seres celestiales "se postran y Le adoran" (Apoc. 4:10; 5:14;7:11; 11:17; 15:4; 19:4)

Es significativo que Juan el Revelador utiliza sólo prokuneo para describir la adoración reverente de los tiempos finales. La razón podría ser la necesidad de advertir a la generación de los tiempos del fin para no ser engañada por la falsa adoración de Babilonia, caracterizada por una excitación afiebrada. Dios es santo y Le adoramos con un profundo respeto, temor y afecto. Tanto en el Templo de Jerusalén como en el santuario celestial, Dios es adorado con gran reverencia y respeto. La misma actitud debiera manifestarse en nuestra adoración hoy, ya que Dios no cambia.

Hoy vivimos en un mundo de afiebrada actividad, constante entretención y cercana familiaridad. Esto se refleja en algunas de las músicas pop contemporáneas que tratan a Dios con frivolidad e irreverencia. La adoración en los Templos terrenales y celestiales nos enseñan que necesitamos postrarnos en humildad ante nuestro gran Dios. La música sagrada puede ayudar a aquietar nuestros corazones y almas para que podamos reconocer en mejor forma quien es realmente nuestro Dios y responderle en reverencia.

Tomado del libro "Una teología Adventista de la Música"
gracia a "Colecciones Adventistas"

Arreortúa y Fuentes

Que Dios les siga bendiciendo grandemente.

LA MUSICA DE LA IGLESIA EN EL CONTEXTO DEL SABADO




La Iglesia Adventista del Séptimo día obtiene inspiración para su música y adoración de tres doctrinas importantes: 1) el Sábado, 2) el sacrificio expiatorio de Cristo y Su ministerio en el santuario celestial, y 3) la certeza e inminencia del retorno de Cristo. Cada una de estas creencias ayuda a definir la naturaleza de la adoración y música Adventista.

Desafortunadamente, el debate actual sobre el uso de la música pop en la adoración Adventista ignora mayoritariamente las presuposiciones teológicas que debieran regir la experiencia de adoración de los creyentes Adventistas. Algunos líderes de adoración Adventistas están presionando por la adopción de la música pop en los servicios de adoración Adventistas estrictamente sobre la base de consideraciones culturales y de gusto personal. Pero la música y el estilo de adoración de la iglesia Adventista no puede estar basada sólo en gustos subjetivos o tendencias populares. La misión profética y el mensaje de la iglesia debiera reflejarse en su música y estilo de adoración.

La música y el estilo de adoración de la mayoría de las iglesias Adventista se basan mayoritariamente en una aceptación no crítica del estilo de adoración de otras denominaciones. En su libro  And Worship Him  (Y  le adorarán), Norval Pease, mi ex profesor de adoración en el Seminario Teológico de la Universidad Andrews de la Iglesia Adventista del séptimo día, declara: "Somos Adventistas, y debemos aproximarnos a la adoración como Adventistas. Un servicio de adoración que cumple las necesidades de los Metodistas, episcopales, o presbiterianos, puede ser insatisfactorio para nosotros."9

La respuesta a la renovación de la adoración Adventista no se encuentra en la adopción de música religiosa rock, sino en una re-examinación de cómo nuestras creencias distintivas adventistas debieran impactar las distintas partes del servicio de la iglesia, incluso la música. Tal ambicioso proyecto está más allá del limitado ámbito de este capitulo que se enfoca primariamente en el aspecto musical del servicio de adoración.

El Sábado ofrece razones para adorar. De las tres doctrinas bíblicas importantes que identifican a la Iglesia Adventista de Séptimo día, la del Sábado ocupa un lugar único pues provee la base de la verdadera adoración de Dios. Tal fundamentación se encuentra en las tres verdades fundamentales que el Sábado contiene y proclama: y que son, el Señor nos ha creado prefectos, El nos ha redimido completamente y El nos restaurará finalmente. Estos tres significados fundamentales del Sábado son examinados a cabalidad en mis dos libros Divine rest for human restlessness (Descanso divino para el desasosiego humano), y The Sabbath under crossfire (El Sábado bajo fuego cruzado). El lector es animado a buscar estos estudios para tener una exposición de la teología del Sábado.
Adorar significa el reconocimiento y la alabanza por la validez de Dios. ¿Sería Dios objeto de alabanza si El no hubiese originalmente creado este mundo y todas sus creaturas perfectamente y hecho provisión para su restauración final? Nadie alaba a un empresario que produce un automóvil con problemas mecánicos y no toma responsabilidad de repararlos. En forma similar, sería difícil encontrar razones para alabar a Dios con cantos, oraciones y sermones si El no nos hubiese creado perfectamente y redimido completamente.

El servicio de adoración del Sábado es una ocasión para los creyentes de celebrar y regocijarse en la magnitud de los logros de Dios: su maravillosa creación, Su exitosa redención de Su pueblo; y sus múltiples manifestaciones de constante amor y cuidado. Estos son temas fundamentales que debieran inspirar la composición y el canto de himnos de alabanza a Dios.

Algunos de estos temas aparecen en Salmo 92, que es "Un himno para el Sábado". Allí los creyentes son invitados a celebrar el Sábado dando gracias, cantando alabanzas y tocando el decacordio,  el salterio y el arpa (Sal. 92:3). El propósito de esta alegre celebración es declarar la misericordia de Dios y su fidelidad (Sal. 92:2) alabar las grandiosas obras de Su creación (Sal. 92:4-5) y reconocer el cuidado y poder de Dios. (Sal. 92:12-15)

La Celebración de bondad y misericordia de Dios constituyen la base de toda la música y adoración ofrecida a Dios en cualquier día de la semana. En el Sábado, sin embargo, la música y la experiencia de adoración alcanzan la expresión más elevada, ya que el día provee tanto la ocasión como las razones para celebrar alegre y agradecidamente el amor creativo y redentor de Dios.

El conflicto entre la adoración verdadera y la falsa. Para apreciar la importancia de la adoración en el Sábado, de la cual la música es un componente importante, necesitamos notar que en un sentido la Biblia es la historia del conflicto entre la adoración verdadera y la falsa. El mandato de Dios de "quitar los dioses ajenos" (Gen.35.:2) que aparece en el primer libro de la Biblia, es reiterado en distintas formas en todos los libros siguientes. En Apocalipsis, el último libro de la Biblia, el mandato es renovado a través de la imaginería de tres ángeles que vuelan.

Esos ángeles hacen un llamado "a cada nación y tribu y lengua y gente" (Apoc. 14:6) por una parte, a renunciar al pervertido sistema de adoración promovido por "Babilonia", "la bestia y su imagen" (Apoc. 14:8-11) y por otra parte a "temer a Dios y darle honra, porque la hora de su juicio ha venido", y a "adorar a quien hizo los cielos y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas" (Apoc. 14:7)

Este solemne llamado a abandonar la adoración falsa de Babilonia y restaurar la verdadera adoración de Dios se presenta en Apocalipsis 14 como parte de la preparación para "la siega de la tierra" (Apoc. 14:15) cuando el Señor vendrá a reunir a los creyentes y castigar a los incrédulos. Esta preparación tiene que ver con el abandono de la falsa adoración promovida por Babilonia y la restauración de la verdadera adoración por el pueblo de Dios.

Notamos en el capítulo 4 que la imaginería apocalíptica de la falsa adoración promovida por Babilonia se deriva del capítulo histórico de Daniel 3, que describe un evento de significado profético en el tiempo del fin. En la Llanura de Dura, todos los habitantes del imperio Babilónico fueron llamados a adorar la imagen de oro del Rey Nabucodonosor. Un horno ardiente estaba preparado para quienes rehusasen inclinarse ante la imagen de oro. Dos veces menciona Daniel que "todo tipo de música" (versión inglesa, en español dice: "todo tipo de instrumento") (Dan. 3:7,10) se utilizó para instar a todas las clases de gente de todas las provincias del imperio a adorar corporativamente a la imagen de oro. (Dan. 3:10)

La música ecléctica producida por "el sonido de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña" y otros instrumentos, sirvió para inducir a la gente a "postrarse y adorar la imagen" (Dan. 3:15). ¿Será posible que como en la antigua Babilonia, Satanás esté utilizando hoy en día "todo tipo de música" para dirigir al mundo a la adoración falsa del tiempo del fin de la "bestia y su imagen" (Apoc. 14:9)? ¿Será posible que una repentina inspiración Satánica permita escribir cantos evangélicos que tengan cualquier marca musical: folklórica, jazz, rock, disco, country, rap, calypso, etc? ¿Será posible que muchos cristianos lleguen a amar este tipo de canto evangélico porque suena muy parecido a la música de Babilonia?

El mandato del Mensaje de los Tres Ángeles de salir de la Babilonia espiritual, mediante el rechazo de su adoración falsa, puede ser que también incluya el rechazo de la música de Babilonia. Pronto todo el mundo será reunido para la escena final en la antitípica y apocalíptica Llanura de Dura y "todo tipo de música" será ejecutado para incitar a los habitantes de la tierra a "adorar la bestia y a su imagen" (Apoc. 14:9)

La música de Babilonia. El uso de música para promover la adoración falsa de los tiempos del fin se sugiere por la descripción del derribamiento final de Babilonia: "Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada. Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en tí" (Apoc. 18:21-22)

El silencio final de los músicos de Babilonia sugiere que su música juega un papel activo en promover la falsa adoración. Es instructivo notar el contraste entre la música de Babilonia, que es primordialmente instrumental, con músicos (ejecutantes profesionales) y la música de los coros celestiales, que primordialmente es vocal. El único instrumento utilizado para acompañar los coros celestiales es el conjunto de arpas. No hay flautas o trompetas que los acompañen. ¿Por qué? Hasta donde podemos ver, el timbre del arpa se mezcla armoniosamente con un grupo de voces humanas. El uso de otros instrumentos opacaría el canto.

La descripción apocalíptica de la música de Babilonia nos recuerda de los instrumentos utilizados en las bandas de rock. Su música es tan fuerte que las letras difícilmente pueden oírse. La razón, como hemos visto en los primeros capítulos, es estimular físicamente a las personas mediante el golpe fuerte, incesante. Esta es la música que el Señor finalmente silenciará en el derrumbamiento de la Babilonia apocalíptica. Por contraste, la música triunfante de la eternidad está dirigida, no por el golpe hipnótico de instrumentos de percusión, sino por la maravillosa revelación de las realizaciones redentoras de Dios, que inspiran a los redimidos a cantar con el corazón. A este punto retornaremos brevemente.

Un antídoto contra la adoración falsa. La misión de la iglesia en este tiempo, como se muestra efectivamente por los tres ángeles apocalípticos, es promover la adoración verdadera de "quien hizo los cielos y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas" (Apoc.14:6) El Sábado es el medio más efectivo de promover la restauración de la verdadera adoración, ya que llama a la gente a adorar a "quien en seis días hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que está en ellos" (Exo. 20:11)

Al centrarse en las realizaciones creativas y redentoras de Dios, el sábado funciona como un antídoto contra la adoración falsa. Desafía al hombre y a la mujer a adorar no sus logros y placeres humanos, sino al Creador y Redentor.

La tentación de adorar las realidades humanas como el dinero (Mat. 56:24), el poder (Apoc. 13:8; Col. 3:5), y el placer (Rom. 6:19; Tito 3:3) ha estado presente en cada época. Hoy el problema es particularmente agudo, ya que el triunfo de la ciencia moderna y la corriente hedonistica de nuestra cultura ha llevado a mucha gente a adorar los beneficios personales y el placer más bien que al poder y la presencia de Dios.

El síndrome del placer de nuestra época puede verse en la práctica de adoración de la iglesia. Las personas están tan a tono con la diversión que también esperan que la música de la iglesia sea para entretenerlos, para satisfacción propia y estimuladora. El Sábado puede servir como un antídoto contra la búsqueda del placer en la adoración, al recordarles a los creyentes que Dios les invita en Su Día santo a ir a Su santuario, no para buscar sus "propios placeres" (Isa. 58:13), sino para deleitarse en la bondad de Su amor creativo y redentor.

Santidad en el tiempo como Santidad en la música de la iglesia. Al ser santo en tiempo, el Sábado efectivamente desafía a los creyentes a respetar la distinción entre lo sagrado y lo secular, no solamente en el tiempo, sino también tales áreas como la música de la iglesia y la adoración. Después de todo, la música y la adoración constituyen un aspecto importante de la observancia del Sábado.

El significado fundamental de la santidad (en hebreo, qadosh) del Sábado, que frecuentemente se reitera en las Escrituras (Gen. 2::3; Exo.20:11; Exo. 16:22; 31:14; Isa. 58:13) es "apartar" las veinticuatro horas del séptimo día para cultivar el conocimiento de la presencia de Dios en nuestras vidas. Es la manifestación de la presencia de Dios lo que hace santo al tiempo o al espacio.

La santidad del Sábado se encontrará, no en la estructura del día que es la misma que el resto de los días de la semana, sino en el compromiso de Dios para manifestar en una forma especial Su santa presencia en todo el día Sábado en la vida de Su pueblo. Isaías, por ejemplo, muestra a Dios rehusándose a estar presente en la asamblea sabática de Su pueblo, a causa de su "iniquidad" (Isa. 1:13-14). La ausencia de Dios hace de su experiencia de culto  no una adoración sino una "abominación" u "hollar mis atrios" (Isa. 1:12,13)

Como el símbolo de la libre elección divina de Su especial tiempo para manifestar Su santa presencia, el Sábado puede constante y efectivamente recordar a los creyentes de su especial elección divina y misión en este mundo. Día Santo requiere un pueblo santo. En tanto el Sábado permanece como el Día Santo entre los días de la semana, así el creyente que lo guarda es constantemente invitado a permanecer como la persona santa escogida por Dios de entre una generación perversa y de mente secular. En otras palabras, tal como lo dice la Biblia, el guardar el Sábado sirve como "una señal entre mi y tí por tus generaciones, para que sepas que Yo, el Señor, te santifico" (Exo.31:13; Ezeq. 20:12)

La mezcla de lo sagrado con lo secular. La distinción entre lo sagrado y lo secular  , que está empotrado en el mandamiento del Sábado, es extraño a los cristianos que ven el Día del Señor como un "dia feriado" (holiday) en vez de un Dia Santo (Holy Day). En Europa occidental, menos del diez por ciento de los católicos y protestantes van a la iglesia en Domingo. La gran mayoría de cristianos escogen pasar su Día del Señor buscando el placer y beneficio personal. Aún en Norteamérica, en donde la asistencia a la iglesia está cercana al cincuenta por ciento, los mismos cristianos que en la mañana del Domingo van a la iglesia, en la tarde preferentemente van a los centros comerciales, fútbol, restaurantes u otros lugares de esparcimiento.

La mezcla de actividades sagradas y seculares, en el día que muchos cristianos miran como su Día del Señor, facilita la mezcla de la música sagrada con la secular en el culto de adoración en la iglesia. El factor común es la pérdida del sentido de lo sagrado - una pérdida que afecta muchos aspectos de la vida Cristiana hoy.

Para muchas personas, ya  nada es sagrado. El matrimonio es visto como un contrato civil que puede fácilmente ser terminado mediante el proceso legal, más bien que un pacto sagrado del que es testigo y garante Dios mismo. La iglesia es tratada como un centro social para entretenimiento, más bien que un lugar sagrado para adorar. La predicación obtiene su inspiración en temas sociales más bien que de la Palabra Sagrada. Del mismo modo, la música de la iglesia a menudo es influenciada por el golpe rock secular, más bien que por las sagradas Escrituras.

Relativismo cultural. La adopción de versiones modificadas de música rock para el culto de adoración en la iglesia es sintomática de problemas mayores, específicamente, de pérdida del sentido de lo sagrado en nuestra sociedad. El proceso de secularización, que ha alcanzado nuevas alturas en nuestro tiempo, ha desdibujado gradualmente la distinción entre lo sagrado y secular, lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo. "Todos los valores y sistemas de valor, sin perjuicio de sus perspectivas conflictivas, son igualmente válidos. Lo correcto y lo incorrecto se reduce a mera opinión, una es tan buena como la otra. La verdad no es fija sino cambiable, relativa para los caprichos de quienes la definen. "10

El relativismo cultural de nuestro tiempo ha influenciado a la iglesia especialmente en el campo de la estética, tales como la música, que ha llegado a ser sólo un asunto de preferencia personal. "Me gusta el rock, a tí te gusta lo clásico - ¿así qué?" Una se supone tan buena como la otra. Para muchos, no hay más una distinción entre la música sagrada y la secular. Es simplemente un asunto de gusto y cultura.

El subjetivismo en el campo de la estética está en agudo contraste con las creencias objetivas, no negociables que son defendidas apasionadamente por los cristianos evangélicos. Dale Jorgensen observa correctamente que "el mismo predicador que cree que está obligado a predicar justificación objetiva en moralidad, a menudo señala que "cualquier cosa sirve" en la música de la iglesia. Esta es un área en donde los humanistas naturalísticos encuentran, quizá con buena razón, una amplia grieta en la puerta Cristiana"11

El Sábado desafía a los creyentes a cerrar la puerta a la presión humanista del relativismo cultural al recordarles que la distinción entre lo sagrado y lo secular se extiende a todas las facetas de la vida Cristiana, incluyendo la música de la iglesia y la de adoración. Utilizar música secular para el servicio de la iglesia en el Sábado es tratar al Sábado como un día secular y a la iglesia como un lugar secular. En el fondo, no se está ofreciendo una adoración real a Dios, pues la verdadera adoración tiene que ver con el reconocimiento de límites entre lo que es sagrado para uso de Dios y lo que es secular para nuestro uso personal.

tomado del libro "Una teología Adventista de la música"

gracias a "Colecciones Adventistas"

Arreortúa y Fuentes
Que Dios les siga bendiciendo grandemente.