Querido Amigo:
¿Cómo estás? Te escribo esta carta porque quiero decirte cuanto te amo y me preocupo por ti, y cuán grande es mi deseo de ayudarte.
Ayer te vi hablando con tus amigos y, a lo mejor, también querías hablarme, espere todo el día, al llegar la tarde te di una hermosa puesta de sol para cerrar tu día y una fresca brisa para tu descanso después de un fatigoso día; esperé pero nunca viniste, no puedo negar que me dolió, pero aun así te amo y quiero seguir siendo tu amigo.
Anoche te vi dormir y quise tocar tu frente, entonces envié rayos de luna que cubrieron tu almohada y tu rostro para así ver si te despertabas para hablar conmigo; pero seguiste en tus sueños.
¡Tengo tantos dones para darte! Pero en la mañana era ya tarde y te fuiste apresurado a trabajar. Mis lágrimas se mezclaron con la lluvia que caía.
Hoy te veo triste, preocupado, solo, ¡tan solo! Mi corazón te comprende. A mí también mis amigos me abandonaron y me lastimaron, pero yo te amo.
¡Oh, si tan solo me escucharas! ¡Te amo! Trato de decírtelo por medio del cielo azul y de los verde prados; te hablo al oído a través de las hojas de los árboles y el aroma de las flores; grito en los riachuelos de las montañas; doy a los pájaros cantos de amor, solo para ti; te visto con el calor del sol y te perfumo el aire con el aroma de la naturaleza. Mi amor por ti es más profundo que el mar, pero mayor y más grande es mi deseo de hablar y caminar contigo.
Yo sé cuan duro es vivir en esta tierra, realmente lo sé y quiero ayudarte. Si tan solo me dejas demostrártelo. Quiero que conozcas a mi padre, el desea ayudarte también. Cuando lo conozcas lo amaras igual que yo.
Llámame a cualquier hora del día o de la noche, yo nunca duermo y siempre te responderé. Pídeme lo que quieras, que si es para tu beneficio, te lo daré. Habla conmigo y desahoga tus angustias o ansiedades, que yo siempre tengo tiempo para ti.
¡Por favor, no te olvides de mí, tengo tanto que compartir contigo!
Ya no te quiero quitar más tiempo. Sé que tienes mucho que hacer. Perdóname, pero no podía esperar sin dejarte saber que:
Te amo y te espero…
Tu amigo fiel.
Llámame a cualquier hora del día o de la noche, yo nunca duermo y siempre te responderé. Pídeme lo que quieras, que si es para tu beneficio, te lo daré. Habla conmigo y desahoga tus angustias o ansiedades, que yo siempre tengo tiempo para ti.
¡Por favor, no te olvides de mí, tengo tanto que compartir contigo!
Ya no te quiero quitar más tiempo. Sé que tienes mucho que hacer. Perdóname, pero no podía esperar sin dejarte saber que:
Te amo y te espero…
Tu amigo fiel.
Jesús
Que Dios les siga bendiciendo grandemente
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