30 de julio de 2010

UNA TEOLOGÍA ADVENTISTA DE LA MÚSICA

CONCLUSIÓN

diseñado por: Gabriel Arreortúa Toro
Señalamos al inicio que la música es como un prisma de vidrio a través del cual brillan las verdades eternas de Dios. A través de la música para la iglesia, un espectro completo de verdades bíblicas puede enseñarse y proclamarse. A través de la historia de la iglesia la gente ha aprendido a través de la música las grandes verdades de la fe cristiana y lo que Cristo pretende de sus vidas.

En un intento de lograr una renovación en los cultos de adoración, muchas iglesias evangélicas hoy están adoptando canciones religiosas rockeras basándose en gustos personales y tendencias culturales más bien que en claras convicciones teológicas. El resultado es que algunas canciones populares cantadas durante los servicios de la iglesia tienen una teología inadecuada o aún herética orientada hacia la satisfacción personal.

La elección de la música apropiada para la iglesia es crucial especialmente para la iglesia Adventista del Séptimo día, ya que a través de su música ella enseña y proclama las verdades del tiempo del fin que le han sido confiadas. Lamentablemente, la música y el estilo de adoración de la mayoría de las iglesias Adventistas está mayormente basado en la aceptación sin crítica del estilo de adoración de otras iglesias.

Para entregar una base teológica para elegir y ejecutar la música durante el servicio de adoración de las iglesias Adventistas, hemos considerado en este capítulo las implicancias del Sábado, el ministerio de Cristo en el santuario celestial y la Segunda Venida. Hemos encontrado que cada una de estas tres creencias adventistas distintivas contribuyen en su forma única a la definición de lo que la música para la iglesia debiera ser.

El Sábado nos enseña a respetar la distinción entre lo sagrado y lo secular, no solamente en el tiempo, sino también en áreas tales como la música para la iglesia y la adoración. En un tiempo cuando el relativismo cultural ha influenciado  a muchas iglesias para desdibujar la distinción entre la música sagrada y la secular, el Sábado nos enseña a respetar tal distinción en todas las facetas de la vida cristiana, incluyendo la música para la iglesia y la adoración.  Utilizar música secular para el servicio de la iglesia en el Sábado es tratar al Sábado como un día secular y a la iglesia como un lugar secular.

El estudio de la música y la liturgia en el Templo de Jerusalén, así como en el santuario celestial, ha sido muy instructivo. Hemos encontrado que más allá del respeto por la presencia de Dios, no fueron permitidos en los servicios del Templo los instrumentos de percusión y la música  de entretención que estimula a las personas físicamente, ni son utilizados en la liturgia del santuario celestial. Por la misma razón, los instrumentos de percusión y la música que estimula a las personas físicamente más bien que elevarlas espiritualmente están fuera de lugar en la iglesia hoy.

La adoración en los templos terrenal y celestial nos enseña también que Dios debe ser adorado con gran reverencia y respeto. La música para la iglesia no debe tratar a Dios con frivolidad e irreverencia. Debiera ayudar a tranquilizar nuestras almas y responderle a El en reverencia.

La creencia en la certeza e inminencia de la venida de Cristo debiera ser la fuerza motora del estilo de vida y la música para la iglesia Adventista. La pronta aparición de la Roca de la Eternidad, con la mayor banda de ángeles que este mundo jamás haya visto, puede encender la imaginación de los músicos de hoy para componer nuevas canciones con el propósito de atraer a aquellos que están buscando significado y esperanza para sus vidas.

A las puertas de un nuevo milenio, la iglesia Adventista del Séptimo día enfrenta un desafío y  una oportunidad sin precedentes para re-examinar la base teológica para la elección y ejecución de su música. Esperamos y oramos que la iglesia responderá a este desafío, no mediante la aceptación sin crítica de la música pop contemporánea que es extraña a la misión y mensaje de la iglesia, sino mediante la promoción de composiciones y canto  de canciones que expresen correctamente la esperanza que arde en nuestros corazones. (1 Ped. 3:15)

Tomado del libro "Una teología Adventista de la Música"

gracias a "Colecciones Adventistas"

Arreortúa y Fuentes
que Dios les siga bendiciendo grandemente.

1 comentario:

  1. hermano el logo de la nota musical publicado por ustedes se presta para controversia ya que forma la nota de SOL EL 666

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