11 de marzo de 2010

SEGUIR LA NUBE‏

De día, el Señor iba al frente de ellos en una columna de nube para indicarles el camino; de noche, los alumbraba con una columna de fuego. De ese modo podían viajar de día y de noche. Jamás la columna de nube dejaba de guiar al pueblo durante el día, ni la columna de fuego durante la noche. Éxodo: 21,22.

¿Cómo crees que te acompaña Dios hoy? ¿Cómo te asegura su compañía en medio de la gran ciudad mientras trabajas en la fábrica o en la oficina, mientras construyes o labras la tierra, mientras vendes por las calles, mientras recibes clases en el aula o cuando viajas? Quiero compartir contigo la forma en que Dios todavía nos da el privilegio con su compañía, actúa sobre tu mente y la de los demás, así como también en las máquinas y ejerce autoridad sobre los elementos naturales. Conversa hoy con Dios acerca de tu agenda. ¿Podrías hacer una lista de tus tareas pendientes o asuntos para este día? ¿Puedes proyectar tu horario para hoy? Entonces hazlo y pídele a Dios que te ayude en su realización. Preséntale cada tarea y cada cita.

Yo he visto «la nube» de su compañía agilizar procesos, mover las voluntades de los miembros de una junta para aprobar o desaprobar un proyecto. La he visto cancelar vuelos de avión para mi conveniencia. Ha impactado mi mente en momentos que yo llamo «de inspiración» para que las ideas afloren y se termine un proyecto o una propuesta. También he visto como Dios pone personas en mi camino, y también he percibido cómo ha encaminado mis pasos a un cierto lugar.

Una noche en lo más alto de la sierra de Chiapas, al ir con mi familia hacia la Universidad de Linda Vista, vimos «la columna de fuego» cuando se averió uno de los neumáticos de nuestro automóvil y nos dimos cuenta que la llanta de repuesto no estaba en condiciones de usarse. A esa hora un vehículo se detuvo a nuestro lado. Traía sobre el techo una torreta para anunciar emergencias. Dos personas se bajaron, y al darse cuenta de la situación, nos prestaron su neumático extra y nos condujeron por la carretera hasta nuestro hogar. Sí, la nube y la columna todavía nos acompañan.

«Jesús tiene grandes bendiciones para otorgar, ricos dones para distribuir entre los hombres. Es el Consejero maravilloso, infinito en sabiduría y fuerza». MJ 53.

Arreortua y Fuentes

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